 Luis Callejo Segoviano formado en la RESAD y en diferentes cursos de interpretación. Actor imprescindible en nuestro mundo, su rostro se ha hecho familiar en las secciones oficiales de los festivales de cortometrajes. Principales cortometrajes: |
Callejo, Luis Luis Callejo en Quid pro quo de Fran Araújo y Manuel Burque (2009) Conocí a Luis Callejo en 1995, grabando un corto de Agustín Martínez titulado Dime Sombra. Había una escena en que Luis moría en una bañera, tras golpearse la cabeza contra el borde. Yo era el cámara, yo personalmente le grabé metido en aquella bañera con el agua enfriándose, golpeándose la cabeza toma tras toma, sin rechistar. Al final todo salió bien y la cabeza de Luis quedó intacta. Afortunadamente para el cine español, porque esa cabeza contiene un talento natural inimitable y una expresión única, llena del material más valioso que existe en el cine: la verdad. Porque como todo gran actor sabe, en el cine no basta con actuar, en el cine hay que ser. Meses después, Luis Callejo protagonizó mi primer corto como director, Ajedrez y Segundas Intenciones, un mamotreto de veinte minutos cuyo rodaje nos llevó nueve días (con algunas noches). Por aquel entonces, Luis estaba terminando Arte Dramático en la RESAD y trabajaba poniendo copas. No sé de dónde sacó el tiempo y la energía para rodar aquel corto. Sé que perdió varias noches de sueño, pero nunca se le notó frente a la cámara. No sólo estuvo fantástico en su papel, sino que no se quejó ni una vez. Al contrario, contaba chistes, hacía imitaciones desternillantes y animaba a todo el mundo.Desde entonces, he dirigido otros seis cortos. En cinco de ellos, Luis ha sido el protagonista. Aunque hace ya años que no rodamos juntos, sigo imaginándole en cada papel masculino que escribo. Por su talento, por su forma de ser, por ese rostro, capaz con un gesto de hacer llorar y de hacer reír (incluso de hacerte reír un segundo después del llanto), Luis Callejo siempre será mi primera opción de casting. Sergio Barrejón |
1. Lo que más me gusta del mundo del cortometraje es… la obligada intensidad, en lo profesional y en lo personal, condensada en poco tiempo. Es un microcampamento de verano, un hervidero, una llama en un océano. Un lugar donde tirarse a la piscina.
2. Lo que menos me gusta del mundo del cortometraje es… Supongo que eso mismo cuando lo estoy disfrutando y lo que desearía es una cocción lenta con el equipo y la historia que contamos. 3. Gracias al cortometraje yo… aprendo a conducir todo tipo de coches..., y a veces a ir en el maletero. 4. Recuerdo que en mi primer cortometraje… ¡se daba una situación que yo había vivido de parecidos asombrosos! Luego ya me he acostumbrado a que me pasen esas cosas. 5. Necesito mejorar… algún que otro tic y también aprender a exhibirme un poquito de ná. Y un montón de cosas más de las que no quiero acordarme ahora. 6. Internet. Antes era un gran dejado. Luego lo intenté y me robaron dos ordenadores en seis meses. Acabo de comprarme el tercero... y ya no hay marcha atrás. Hace una semana, por fin, me he abierto una cuenta en facebook. No te digo más. 7. Un cortometraje que me marcó fue… Todos. A fuego. Tres tristes traumas, de Sergio Barrejón. Eran tres monólogos brutales de tres hombres traumatizados. Uno lo hicimos en distintos sitios públicos de Madrid con cámara oculta y yo intentaba convencer a la gente de que los japoneses preparaban una invasión sobre Occidente, aprovechándose del desconcierto por el entonces famoso “efecto 2000”, provocado por ellos mismos. Una gran descarga de adrenalina, y una conjunción de cine y teatro poco común. Gran experiencia. Fernando León me confesó que me llamó para hacer una prueba para Princesas después de ver este “tricorto”. 8. Mi próximo proyecto es… un corto de Ángela Armero, que se titula Entrevista. Una serie que se llama El barco y una obra de teatro que acabamos de estrenar: Yo soy la mujer de Miguel Hernández, con Teatro del barro”. 9. Un deseo para el mundo del cortometraje. Gran distribución y audiencia. Y que vaya al grano. 10. El cortometraje. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. O corto que te quiero corto. Luis Callejo |