Eduardo Chapero-Jackson. Fotografía de Sara Zorraquino
Eduardo Chapero-Jackson
Fotografía de Sara Zorraquino

Eduardo Chapero-Jackson nació en Madrid, de padre español y madre norteamericana. Entre 1989 y 1996 estudia Bellas Artes y Cine en Nueva York. Vuelve a España, ejerce como freelance, expone y trabaja en su obra fotográfica.

Entre 1997 y 2005 trabaja en la productora Sogecine como coordinador de producción, director de desarrollo de guiones y productor asociado de películas como Los Otros de Alejandro Amenábar. Durante este periodo cursa estudios de dirección de actores y ahorra para finalmente dejar la compañía y financiar su primer cortometraje, Contracuerpo (2005), al que seguirían Alumbramiento (2007) y The End (2008), que suman más de 140 premios en festivales del todo el mundo, destacando mejor cortometraje europeo en el Festival de Venecia, mejor cortometraje por la Academia Europea de Cine, y en mejor cortometraje en Los Angeles, Krakovia, Brest, Angers, Málaga, Medina del Campo y Bahía. En 2009 se estrenó ésta trilogía salas comerciales con el título de A Contraluz. En la actualidad está completando la formación en psicología.

Su primer largometraje, Verbo, se estrenará en los cines a principios del 2011.

Chapero-Jackson, Eduardo

Su último cortometraje, The End
Su último cortometraje, The End

Lo más mágico de esta profesión nuestra es -al menos para mí-, lo imprevisible, la incertidumbre… En este juego de hacer de otros de tanto en tanto, de vez en cuando, tienes la suerte de ser la elegida (el elegido), sin ni siquiera participar en la partida, una partida que seguramente lleva jugándose ya unos cuantos meses, a veces –según el proyecto- incluso años… Es entonces cuando suena el teléfono y alguien dice: “Soy Eduardo Chapero”, y te ofrece tus cartas por si quieres jugar, por si quieres apostar…

Lees el guión y piensas: “Uf, esto suena a maravilla una vez hecho, pero… ¿¿cómo narices se hace??” El guión era concreto, clarísimo… y a la vez terriblemente incierto. Aunque las palabras estuviesen escritas, me era muy difícil imaginarme diciendo con verdad aquello de: “María, vas a morir… Y no pasa nada… Todo está bien”

De nuestro primer encuentro recuerdo una primera impresión un tanto desconcertante: aquel director del que había visto un corto espectacular -A contracuerpo, un trabajo de una madurez profunda y un rigor extremo- era un chico muy joven, de ojos enormes que, con una mezcla extraña de humilde sencillez y evidente genialidad, me contó aquella historia suya tan personal, tan íntima y a la vez tan universal. Me apasionó su capacidad de análisis de una situación -la de la muerte, la de morir- que casi todos tratamos de evitar... Me conmovió su confianza en nosotros: en Mariví, en Sara, en Manolo, en Marta y en mí misma; su capacidad para escucharnos y dirigirnos sin bloquearnos, más bien de guiarnos por lo que él intuía que era el mejor camino. Todo el proceso estuvo teñido, repito, de incertidumbre y confianza... Extraña mezcla... Y un par de meses más tarde Alumbramiento se volvió certeza y todos estábamos allí porque teníamos que ser nosotros en aquel instante los que explicásemos aquella historia… Huelga decir que los que vivimos aquel rodaje, aquellos días, ganamos todas las manos.

Cristina Plazas
Actriz

1. Lo que más me gusta del mundo del cortometraje es… su creatividad, su espíritu idealista y a veces ingenuo. Su pasión por un formato con una increíble potencia.

2. Lo que menos me gusta del mundo del cortometraje es… que su potencia se quede en potencial, que sea transitorio para muchos grandes talentos. Su, a veces, falta de mayor autocrítica y exigencia.

3. Gracias al cortometraje yo… descubrí el cine, y gracias a él, puedo hacerlo.

4. Recuerdo que en mi primer cortometraje… sentí la extraña y mágica sensación de estar viviendo un sueño.

5. Necesito mejorar… en muchísimos aspectos. Dirigir es una tarea muy multidisciplinar, todo suma. Una de las áreas en las que estoy aprendido más es en de la experiencia de gestionar tiempos y recursos, saber medirlos mejor para evitar sufrir tanto en el rodaje y afinar la puesta en escena.

6. Internet. Una relación amor-odio. Amo cómo hace que puedas expandirte por todo el mundo con acceso a todo en tiempo real. Odio que se esté ayudando a matar el cine de barrio, y que se utilice para robar trabajos.

7. Un cortometraje que me marcó fue… Lune Froide, de Patrick Bouchitey, 1988. Lo vi de pequeño y me impactó tanto como un relato de Cortázar o Poe. Su oscuridad hizo muesca en mí y me lleno de curiosidad hacia el tipo de cine que me tocaba.

8. Mi próximo proyecto es… un corto titulado La habitación rota. Mientras preparo el estreno de mi primer largo, Verbo, escribo un próximo proyecto de largometraje.

9. Un deseo para el mundo del cortometraje. Que se haga grande, que se hagan más cortos desde la madurez, como arte en sí mismo y no como medio al largo. Y que se puedan ver de modo accesible y con calidad.

10. El cortometraje. Donde el cine puede explorar su libertad en contenidos y formas, donde puede encontrar su potencial de síntesis, poesía, evocación, creatividad, originalidad y frescura.

Eduardo Chapero-Jackson