Alcances

Muestra Cinematográfica del Atlántico

Carlos Saura en una edición del festival

Como cada año cuando el buen aficionado al cine de lo real atraviesa el puente Carranza… comienza a creer de veras que, una vez más, su anhelo se torna palpable y lo que era solo un sueño recurrente empieza a hacerse realidad. Al llegar al cordón umbilical que supone el istmo ya intuye la presencia de la ciudad que lleva más de tres mil años soñando con ser isla. Fenicios, tartesios, romanos, árabes y, ahora, documentalistas de toda laya y condición han ido dejando retazos de sus historias para que sobrevuelen la villa, prendidos en las brisas y enredándose en las blancas sábanas tendidas sobre las terrazas.

Al igual que el cine, Cádiz es una ciudad hecha de luz. Nunca antes de pisar la “Tacita de plata” y subir por vez primera a la Torre de Tavira, el visitante, había estado en el interior de una cámara oscura ni se había sentido celuloide vivo… impresionado.

Cada septiembre Alcances es una fiesta de buen cine que nadie debiera perderse. Los fotogramas visionados, en las pantallas de los Al Andalus, en La Candelaria o en el Falla, de los mejores filmes del año, expertamente seleccionados, alcanzan nuestras retinas como los lametones salados de las olas que besan el contorno de Cádiz… A veces son caricias, a veces puñetazos. El cine documental es así.

Y detrás, para que todo funcione, un equipo fantástico que consigue con su buen hacer (lo que es todo un reto, créanlo) que la gente acuda a las salas, dejando a un lado las playas, el pescaíto frito, las ortiguillas o, simplemente, el pasear por una de las ciudades más bellas y con más alma del planeta.

No hay mucho más que decir… Ningún interesado en el mejor cine documental debiera dejar pasar la ocasión de acudir a Cádiz en septiembre. La Muestra Cinematográfica del Atlántico consigue la magia de convertir a cualquiera en gaditano por unos días.

Un festival, un placer y un lujo… al alcance de todos.